Fresa
¿A quién no le encantan las fresas? Un tazón lleno de estas bayas de color rojo brillante cubierto con crema sería el sueño de cualquiera en pleno verano. Pero eso no es todo. Las fresas no sólo son deliciosas al gusto, sino que también están repletas de antioxidantes que son excelentes para la piel. No hay nada que iguale el encanto de estas vibrantes bayas rojas que se encuentran en tantos tipos diferentes de productos para el cuidado de la piel. Desde labiales rojos hasta bálsamos labiales y aromas. Estos también se utilizan a menudo como agentes aromatizantes y colorantes.
¿Pero sabías que además de los extractos de fresa, también se puede incluir aceite de fresa en el cuidado básico de la piel? Sí, las pequeñas semillas de estas sorprendentes y fragantes bayas forman un interesante y sorprendente aceite cargado de múltiples beneficios para la piel.
Antes de profundizar en eso, primero echemos un vistazo a qué es exactamente el aceite de semilla de fresa.
¿Qué es el aceite de semilla de fresa?
El aceite de semilla de fresa (Fragaria Ananassa) se obtiene prensando en frío numerosas semillas de fresa. Comúnmente se deja como subproducto en la preparación de diversos consumibles en la industria alimentaria).
Es rico en omega 6 y 9, pero su ingrediente mágico es el ácido elágico. Es un poderoso antioxidante que es antiinflamatorio, ayuda a preservar el colágeno e ilumina la piel. El aceite de semilla de fresa también es rico en vitamina E, que ayuda a la piel a sanar y protege el manto de la piel.
